El temor de
muchos de apoyar o no el proceso de paz en Colombia es latente. Quienes
apoyan a un partido político y lo defienden ‘a muerte’ difícilmente cambian sus
posturas, muy parecido a la época de cuando ‘se daban machete’ en defensa del
honor de ser liberal o conservador.
Los años pasan y
pareciera que los colombianos estamos condenados a repetir la misma tragedia de
antaño – Con el agravante que hoy las redes sociales nos permiten ofendernos
más rápido que antes.
Llevamos 50 años
en los que no solo hemos tenido que soportar el flagelo de la guerrilla de las
FARC, sino también el flagelo del narcotráfico, malos gobernantes,
delincuencia, políticos impregnados de dineros mal habidos, regiones olvidadas
e inmersas en la corrupción y el abandono – A este listado usted le puede sumar
las cosas que se me escapan en este momento.
Entonces, ¿En
dónde estamos fallando? Tal vez sea en nuestra propia cultura de no avanzar, de
quedarnos en la retórica de los que más algarabía hacen, víctimas de nuestra idiosincrasia, aquella que nos obliga a ‘tragar entero’, de nuestra
inclinación por seguir alimentando el odio otros 10, 20, 30 o 100 años.
Que este proceso
de paz traiga un grado de impunidad es cierto, que tengamos que aceptar a
guerrilleros reinsertados en la sociedad, también es cierto, que puedan llegar
a hacer política y a la mayoría no les guste, sigue siendo cierto. La realidad
es que a nivel mundial todo proceso ha tenido que sufrir la aceptación de los
términos del acuerdo y como decimos en Colombia, ‘tragarnos los sapos’.
muchos quieren
seguir adelantando estrategias militares y así someter a la guerrilla, otros
dicen que estuvimos muy cerca y que si Santos hubiera continuado con la
ofensiva militar ya la guerrilla hubiera sido abatida – Ni lo uno ni lo otro es
comprobable, lo cierto es que este proceso ha tenido avances que no se habían
logrado en el pasado.
Por estos días se
celebran 15 años del Plan Colombia. En el año 2.000 estuvimos cerca a ser un
estado fallido – Con un presidente a quien se le retiró la visa de Estados
Unidos y acusado de financiar su campaña con dineros del narcotráfico. Pastrana
fue efectivo en estructurar un mapa del conflicto para que el congreso de EE.UU
aprobara dicho plan, no era tarea fácil ya que hubo gran oposición para su aprobación.
Gracias a ese Plan, el ejército tuvo los recursos para restablecer el control
en un país en el que la guerrilla se había fortalecido y se había apropiado del
negocio del narcotráfico. En época de Uribe ya el ejército podía hacerle frente
a la guerrilla y por 8 años se combatió con abatimientos importantes, sin
embargo, no se logró su total desaparición. Santos recibió unas fuerzas armadas
renovadas. En este punto es en donde los colombianos se dividen – Unos dicen
que debió continuar con la ofensiva militar y otros lo analizamos de otra
forma: El plan Colombia sirvió para presionar a las FARC hasta el punto de
sentarlos a negociar una salida al conflicto.
Nada parece
satisfacer nuestras expectativas, si el gobierno anuncia que las FARC liberarán
secuestrados entonces sacan a relucir los secuestros del ELN por ser ‘aliados’
de las FARC, si acuerdan que harán parte de un partido político entonces dicen
que se le está entregando el país a las FARC, como si la democracia no
consistiera en votar por quienes están en el gobierno, que si les van a dar
curules al comienzo sin elección popular entonces la indignación crece, como si
no tuviéramos el antecedente del exterminio de los integrantes de la Unión
Patriótica con la venia del gobierno de turno.
Uno de los
argumentos principales de quienes se oponen al acuerdo ha sido la verificación una vez firmado y el temor de que el mismo perdieran neutralidad
y quedara en las manos del gobierno o del grupo subversivo. Sin embargo, el
Consejo de Estado de las Naciones Unidas aprobó la verificación en los acuerdos
pactados – Lo que generó que muchos dijeran ‘no podemos confiar en la ONU para
verificar, eso es poner a Daniel Ortega a verificar, por ser Nicaragua miembro
de la CELAC’ o comentarios como ‘¿la misma ONU que no ha podido sacar a los
presos políticos de la cárcel en Venezuela?’
Entonces así es
difícil avanzar, se quejan porque las FARC reclutan niños, pero quieren
continuar con el conflicto y que mueran en combate, en su mayoría campesinos. Traen
a colación los informes de la Organización de Derechos Humanos en los que
advierten que las FARC violan derechos humanos – Por supuesto que violan
derechos humanos, con mayor razón hay que acabar con la guerra, con esta guerra
que nos distrae de los problemas del país, de aquellos problemas que todos
sufrimos cuando no alcanza el dinero para nada, cuando se mueren los pacientes
en las camillas esperando que los atiendan o esperando una cita médica, de no
tener educación de calidad, de saber que los campesinos están condenados a
morir sin tener la oportunidad de haber logrado un título profesional o
mutilados por una mina ‘quiebra patas’.
Esos
problemas que tenemos por nuestra propia idiosincrasia, aquella que se opone a
todo pero que no aporta nada, que todo lo critica, pero no contribuye con
soluciones.
Por lo menos en
Cuba hay gente del gobierno que se arriesga a ser insultados diariamente por
cuenta de hablar con el enemigo de frente y estrechar su mano por tratar de
encontrar un fin a esta guerra que nos agobia; en la que nacimos muchos y que
no nos queremos ir a la tumba sabiendo que todavía nuestro país no logra la paz
porque nunca nos pusimos de acuerdo, que nos pudo más las banderas de un
partido político o defender a un caudillo o atacar a otro.
Después de todo
el ex presidente Uribe algún día dejará de ser Senador o político y llegará a
terminar sus días al lado de su familia; el presidente Santos dejará de ser
presidente y ambos, tanto el uno como el otro pasaran a la historia.
Se
levantará una nueva generación de políticos colombianos que le agradecerán o
les reprocharán las acciones a los políticos de esta época, es entonces
responsabilidad de ustedes los políticos y de nosotros los ciudadanos colombianos
de sentar las bases para el futuro de nuestra nación – Si seguimos golpeando
este país o mejor sanamos las heridas que le hemos causado.
Yo no voté por
Santos, pero estoy dispuesto a apoyar su plan de alcanzar un acuerdo en Cuba
que lleve al país a terminar el conflicto con la guerrilla más antigua del
mundo. Los invito a realizar un análisis
alejado de odios y de sesgos políticos.
Mauricio felicitaciones por su articulo, un punto de vista muy neutro, precisamente en estos dias me estaba preguntando por una idea diferente acerca de este asunto que cambiaria el rumbo de nuestro querido pais. hoy tambien en una emisora estaba escuchando acerca de un documental de un grupo de personas acerca de nuestra forma de celebrar desordenada y violenta.
ResponderEliminarwilfred G.
Luego de leer la columna siento que los colombianos somos muy difíciles de unir y en esto hay q admitir q los gringos hay hecho una tarea ejemplar de imperialismo dónde el divide y vencerás a sido su consigna. La paz es un deseo intrínseco del Ser y una obviedad q no permite discusión y definitivamente hay que apuntarle -No tenemos más alternativas- pero la participación ciudadana y de partidos como el MIRA en dicho proceso deberá ser desicivo para garantizar que haya PAZ CON JUSTICIA SOCIAL Y SIN IMPUNIDAD.
ResponderEliminarTengamos en cuenta que el MIRA es el único Movimiento Político que NUNCA JAMÁS ha tenido vínculos con la mafia de la política bogotana, parapolítica o cualquier otro cartel en Colombia que desligitimice dichos acuerdos.
Muy buena la disertación, pero le falta algo diametralmente, la paz que Colombia necesita es la educación, salud, recreación, deporte, religiosa, cultural, social y política. Usted tiene razón en lo descrito de las dos corrientes políticas, a ambas les duele más el orgullo que el pueblo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted. Se necesita un pueblo educado y con acceso a buena salud, fomento del deporte y justicia social....Saludos !!
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