Lo que no hizo Iván Duque fue seguir alimentando la polarización en la que está Colombia. Para aquellos que tanto critican el lenguaje de confrontación al cual acuden muchos políticos de todas las vertientes, hoy nos encontramos ante el fenómeno Duque. Y digo fenómeno a propósito, ya que muchos seguidores de Petro utilizan este calificativo para describir a su candidato.
Cierto es que nunca antes la izquierda había alcanzado tanta efervescencia y resultados en las urnas.
Sin embargo, muchos no quieren ver la calidad humana, la inteligencia y sentido de unificación en Duque ya que lo primero que se les viene a la cabeza es Álvaro Uribe.
El lenguaje en política es áspero, sagaz, suspicaz y en muchos momentos malintencionado. Lo vemos en redes sociales y también en plenarias, debates o deliberaciones en escenarios legislativos.
Pues no ha sido el comportamiento de Iván Duque. Ha sido una persona amable, jovial, con un lenguaje fresco, decente, un lenguaje que nos ilusiona a pensar que se puede hacer política sin la misma retórica de revanchismos y más odios. Eso me ha llevado a pensar que es muy posible que la renovación en la política se puede dar dentro de los mismos partidos políticos.
Para aquellos que están cansados como yo, de los mismos insultos de siempre, de que nos dividan entre ricos y pobres, cristianos y católicos, de izquierda o de derecha, ha llegado una persona que no es un mesías y que quienes votamos por él tampoco lo vemos como el caudillo que nos va a convertir en un país al nivel de los países nórdicos; pero que está llamando al emprendimiento, a la unión, a la legalidad sin odios.
Por supuesto que sus contendores están buscando sus falencias. Es por eso que en un país tan polarizado, relacionarlo directamente como un títere de Uribe, va a ser una forma de querer golpear su campaña.
Sin embargo, hay nuevos ánimos en Duque, una motivación arrolladora propia de su empuje y los que le critican en cuanto a su falta de experiencia gobernando, puede ser precisamente una de sus fortalezas más intrigantes, no tener tanto roce con el clientelismo de este país, de estar tan cerca de las prácticas amañadas que algunos políticos van adquiriendo con el tiempo.
Ciertamente, de eso es lo que muchos ya estamos exhaustos y quienes le creemos, no lo hacemos pensando en el pasado, ni en los muchos odios de este país, lo hacemos pensando en un futuro mejor, con libertades para los ciudadanos, un gobierno que no prometa cosas utópicas sino posibles.
Este es mi candidato, le dí mi voto en primera vuelta y se lo daré en segunda. Para quienes no han descubierto las cualidades de Duque por tener ya en la mente que nunca votarán por un Uribista, o porque siempre han sido de izquierda o son de centro pero con tal que no gane un Uribista, se equivocan, precisamente esos son los odios que se pueden superar con un presidente del talante de Iván Duque.
Quienes lo atacan posiblemente no reconozcan que es una persona mesurada que no cae en provocaciones, muy a pesar que recibe toda clase de insultos de aquellos que dicen que los Uribistas son intolerantes y resultan haciendo lo que tanto critican. Nunca ha emprendido el camino de los insultos hacia sus contendores, ha hablado de propuestas y ha llamado a la unión de las fuerzas políticas para sacar entre todos adelante este país.
No ha necesitado prometernos cosas extraordinarias o que va a acabar con la pobreza, o que todos seremos iguales. Lo que está hablando es de un país posible, con un mejor sistema judicial, sin tanta ilegalidad e impunidad, ha repetido en muchas ocasiones que no acabará con los acuerdos de paz, es más, ha dicho que el acuerdo es algo que el país necesitaba. Precisamente por conceptos como estos tuvo que enfrentarse a algunas críticas dentro de un sector del Centro Democrático en su nominación interna. Siempre sostuvo su propio criterio y demostró que no es un títere.
Es esa personalidad la que yo busco en un presidente. Por eso lo prefiero a él y no a Petro, quien tiene un lenguaje totalmente opuesto, autoritario e impositivo. Votaré por Duque, como esto está tan polarizado, unos me entenderán y coincidirán y otros me insultarán, buscarán en mis redes sociales quién soy, qué religión profeso y por alguna parte me van a querer apabullar.
Bueno, pues ya he pedido tantas veces respeto a quienes se creen dueños de la verdad que hoy no lo haré, porque así es esto, a esto estamos expuestos cuando opinamos, a la gente que cree que tienen la razón porque escogieron un bando y todo lo del bando contrario es malo.
Ojalá los colombianos algún día mostremos algo de grandeza y decidamos mirar hacia el futuro y dejemos de odiarnos por pensar diferente. Como muchos de ustedes saben, no soy Uribista pero hoy decidí pensar en que se puede cambiar el rumbo de este país con una actitud de unidad, sin egoísmos, muchos que pidieron perdonar a las Farc, deberían también darle la oportunidad a este país de superar los odios generados por la política. La gente pasa pero las ideas perduran, que la idea de un mejor país perdure y podamos dar el salto hacia un país desarrollado.
He leido este comentario a una año de ser elejido este candidato y mi conclusion como creo que debe ser la suya ( le considero un comentarista serio y equilibrado ) este personaje no tuvo ni tendra el talante para dejar un legado de cambio hacia un futuro mejor para colombia , este es otra decepcion mas entre tantas otras ,mas bien creo que este sr esta puesto alla para que nos demos cuenta que nuestro pais necesita lideres con valores cristianos y de gran valor para enfrentar una clase politica y un pueblo , cuyo sentido de moralidad esta oscuro y falta de dignidad humana y espiritual
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