Los Yazidi: Un grito de angustia.

Foto: Reuters/Youssef Boudla

“Los de ISIS llegaron a mi aldea, separaron a los hombres de las mujeres, a los hombres los asesinaron, a las mujeres más adultas, entre ellas a mi madre, las llevaron a una escuela y escuchamos unos disparos, fue la última vez que tuve contacto con mi madre” Fueron las primeras palabras del dramático relato de una joven que se hizo llamar “Bazi” - quien, con su rostro cubierto por miedo a ser identificada, vino a las Naciones Unidas para que el mundo conozca el horror que viven los Yazidi, una tribu de Irak, perseguida por el grupo terrorista ISIS.

Bazi, con mucha valentía, continuó su relato diciendo: “Un terrorista de ISIS me compró junto con otras 9 jóvenes, por mí, pagó alrededor de 50 dólares. Me llevó a su casa, hablaba un poco de árabe, después me di cuenta que era americano, en la pantalla de su computador tenía una foto en la que aparecía él con su esposa y dos hijos. Pasadas las semanas vendió a las otras 9 jóvenes y se quedó conmigo, me golpeaba diciéndome que me tenía que convertir al Islam hasta que llegó el día en el que me violó”

El recinto de las Naciones Unidas se impregnó de un silencio tenso, las miradas se perdían buscando algo que no encontrábamos – Como quien busca devolver el tiempo pero que sabe que no se puede.

Un promedio de 4.500 Yazidis están en las manos de ISIS; 3,000 de ellos son mujeres jóvenes quienes son sometidas a trabajos forzosos, golpes, violaciones y desplazamientos ─ Simplemente, como si no existieran para el mundo, como si la vida se hubiera suspendido en la mitad de una pesadilla lejos de un despertar.

Todo esto sucede mientras el mundo presencia la lucha férrea contra ISIS y con tantas implicaciones y complejidades, que se hace necesario estudiar en profundidad dicho conflicto.

Mientras tanto Bazi, con su rostro cubierto y acompañada de muchos que la entendíamos y que queríamos saber cómo poder aportar para mitigar su dolor, esgrimió “Yo logré mi libertad pero me siento con cadenas ya que esto es un genocidio contra mi gente, mis amigas con quienes crecí y miles de jóvenes Yazidi como yo, están aún cautivas siendo golpeadas y violadas por un grupo de monstruos”

No hay una motivación religiosa en ISIS, ninguna religión motiva a alguien a asesinar personas por profesar una religión diferente – Tampoco la religión motiva a golpear, maltratar y violar mujeres. Al igual que Hitler, ISIS encontró cómo convencer incautos en pos del terror y la infamia. A través de sus reclutamientos envenenan la mentalidad de jóvenes que desconocen el horror de la guerra y sus consecuencias pero que de un momento a otro se encuentran inmersos en una ideología extremista que comete los más despiadados actos en contra de los más vulnerables.

Las mujeres son violadas por un número determinado de terroristas y según ellos, de esa manera alcanzarán la conversión al Islam, lo cual es obviamente falso, ya que el Corán no dice eso. Todo hace parte de un desenfreno del poder y sed de “venganza”, propios de las tendencias del ser humano, una especie de rebeldía, una oportunidad para alzar armas, disparar, violar y dar rienda suelta al libertinaje escondido pero presente en el ser humano.

En la comitiva, uno de los mayores defensores de los Yazidis, el activista, periodista y profesor Kurdo, Khidher Domle, nos dio varios testimonios, entre ellos el de una señora que le contó lo siguiente: "llegaron los de ISIS a mi apartamento, tomaron a mis tres hijas, las llevaron arrastradas al segundo piso y las violaron, mientras tanto yo escuchaba sus gritos sin poder hacer nada"

El mundo tiene un enemigo, se llama ISIS – Aunque hay quienes insisten en asegurar que el enemigo es el Islam, pagando con la misma moneda a la campaña malévola de ISIS contra los cristianos y miembros de otras creencias religiosas como los Yazidis, quienes combinan el Islam con el cristianismo, algo de Judaísmo y Zoroastrismo.

Mientras tanto “Bazi” estuvo de gira por los Estados Unidos pidiendo que volteen sus miradas hacia el norte de Irak, donde viven los Yazidi. Sin embargo, mientras el mundo no se conduela por el drama que sufre esta comunidad y los actos barbáricos de ISIS, sus peticiones no serán más que gritos de angustia al aire y la esperanza de las más de 3.000 mujeres Yazidi en manos de los terroristas de ISIS se esfumará – Simplemente como si no existieran en este mundo.