El mes de
Septiembre es un mes que será recordado en todo el mundo por lo sucedido en
aquel fatídico 11 de Septiembre de 2001.
El día era
soleado en el norte del estado de Nueva York, acababa de salir de clase de
psicología en la que Mr. Hobbs disertaba acerca de cómo el cerebro humano tiene
un proceso en el que generaliza gracias a las experiencias vividas y nos daba
el ejemplo de cuando una persona anglosajona fue robada por un joven latino y
dicha persona tuvo la percepción de que todos los latinos eran malos.
Era mi segundo
semestre en la universidad y caminaba hacia la cafetería cuando vi a una joven
que se desmayó mientras hablaba por el teléfono celular, pensé que había
recibido una mala noticia y me conmovió el suceso – Los
televisores de la cafetería mostraban a una de las torres gemelas del World Trade Center en llamas y los
reporteros especulaban acerca de un incendio provocado al interior del edificio.
De repente, un avión impactó la segunda torre, ya se hablaba de un ataque
terrorista y corría el rumor de que el ataque había sido perpetrado por un
grupo radical del Medio Oriente. Entendí entonces el desmayo de la joven, sentí
mucho dolor por todo el país y por la humanidad entera.
Un compañero
gritó “Esos musulmanes……(acompañado de una palabra soez y lágrimas en sus ojos)”
Una joven musulmana también lloraba mientras recibía las miradas de repudio de parte de
los demás. Fue en ese momento en el que recordé las palabras de Mr. Hobbs
acerca de la generalización a la que están expuestas las personas y sentí consideración
por ella.
A partir de ese
día se desprendió un repudio generalizado hacia la comunidad musulmana.
Insultos, requisas policiales,
detenciones indiscriminadas, entre otros, fueron represalias adoptadas en las
principales ciudades de los Estados Unidos.
Con una decisión
tomada por el gobierno del presidente Bush, Estados Unidos invadió Irak, tomó
preso a Sadam Hussein, quien fue sentenciado a pena de muerte. Todo lo anterior
con el pretexto de que Irak poseía armas de destrucción masiva, lo cual nunca
se comprobó (coincido en que Hussein había construido una tiranía pero estoy en
desacuerdo de la manera como se trató el caso). Sin embargo, el repudio y el
deseo de vengar las cerca de tres mil personas que perecieron en el World Trade Center fue razón “justificable”
para dicha intervención.
14 años después,
analistas políticos coincidimos en que no fue la mejor decisión tomada por
Washington y que al contrario, más odio fue generado y la proliferación de
grupos subversivos comenzó su alza.
El terrorismo por
su parte, aprovechó la oportunidad para tomar la religión y darle el matiz
bélico que hoy tienen grupos como ISIS, Boko Haram y otros, los cuales tienen
ganancias billonarias gracias a sus actividades terroristas y criminales.
Mientras tanto,
dichos grupos subversivos reclutan a las personas que ni entienden la esencia
de la religión musulmana y que creen que Alá los escogió para luchar contra las
fuerzas diabólicas de occidente – Encontraron la excusa perfecta para
adoctrinar a sus adeptos y desfigurar los preceptos de la religión mencionada.
Quien esté
leyendo esto y piense que estoy haciendo una defensa del terrorismo, se
equivoca, mi más honesta intención es defender la libre decisión de cada
persona de profesar libremente su religión.
Es por eso que nuestro
objetivo debe ser atacar el terrorismo y no las religiones. Es cierto que los
cristianos están siendo atacados brutalmente en Medio Oriente pero no podemos
pasar por alto que muchos grupos integrados por musulmanes enfrentan a ISIS y
que están tan perturbados por la violencia como nosotros quienes estamos lejos.
En Abril del
presente año se llevó a cabo un debate de alto nivel en las Naciones Unidas, el
cual congregó a personalidades de todas las religiones y altos funcionarios de
gobiernos de diferentes países – El debate nos dejó como punto de partida la
idea de integrarnos para alcanzar un mundo más armonioso y tolerante en cuanto
a las diferencias religiosas de los habitantes del planeta.
Lo más fácil para
muchos es apoyar la idea de que todos los musulmanes son malos por los actos
cometidos por grupos radicales que usan la religión para “legitimar” sus
acciones en contra de la humanidad.
Sin embargo, no
podemos decir que todos los alemanes son malos por lo cometido por Adolf
Hitler; o que todos los católicos son malos por campañas atroces, llamadas
cruzadas, de adoctrinamiento emprendidas contra musulmanes y para tomar control
de Israel entre los siglos XI y XIII; o que todos los colombianos somos
narcotraficantes por la historia de mafiosos que nos acompaña, la misma que
nos señala en los aeropuertos del mundo
cuando presentamos nuestro pasaporte colombiano.
Según un estudio
del PEW Research Center la religión
con más crecimiento es la religión musulmana. Es por eso que debemos
reflexionar: ¡qué clase de sociedad anhelamos tener! – Una, en la que las personas son perseguidas
por sus creencias, exacerbando los odios y ampliando cada vez más las brechas
que nos dividen – U otra, en la que la tolerancia y el respeto por el prójimo
sean la base para un futuro sostenible en aras de entregarles a nuestros hijos
un mundo más incluyente y justo.
Comentarios
Publicar un comentario