Colombia recibió un gran reconocimiento de parte de la Unesco - El Paisaje Cafetero - Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Recuerdo de manera muy especial a Calarcá Quindío mi pueblo natal y de donde salí a una temprana edad para radicarme en el exterior.
Todavía siento el aroma del campo y recuerdo los vivos colores con los que suelen los campesinos adornar sus fincas - es todo un espectáculo contemplar sus ventanas y chambranas vestidas de rojo y amarillo.
Precisamente todo esto tan hermoso es lo que me lleva a sentir tanta indignación. En ese mismo despliegue de esplendor, en ese mismo tendido verde exuberante, en ese mismo Patrimonio Cultural de la Humanidad - se ha cometido una serie de atropellos e injusticias por parte de los últimos gobiernos.
Es inadmisible que después de tantos años en los que Colombia exprimió a los caficultores y catapultó su economía gracias al sector cafetero, hoy en día el gobierno no sea consecuente y diga que simplemente "ya el café no da dinero"
Decir que la economía ha sufrido un crecimiento considerable "muy a pesar de los paros de los cuales fue objeto el país" es un acto de vileza contra unos seres humanos maravillosos como lo son los campesinos.
No hay mayor indignación que ver a un campesino llorando porque su labor no ha sido dignificada, como si no le debiéramos respeto y admiración a gente honesta y trabajadora como ellos.
(Ya hemos visto este video pero ahí les va de nuevo)
Ellos si son el verdadero espíritu colombiano, ellos si son la mejor representación del colombiano emprendedor que saca adelante a su familia a punta de esfuerzo y no como la casta de alto abolengo que desangra nuestra patria enalborando la manchada bandera de la corrupción.
Aquellos de espíritu imponente que pasan por encima de los más débiles y devoran sus esperanzas y asesinan los sueños de una mejor nación.
Mientras el show mediático se lo roba lo que sucede en La Habana, mientras Colombia puso su mirada e interés en una lucha de más de cincuenta años contra la guerrilla, mientras se creaban grupos paramilitares, mientras el narcotráfico, el paramilitarimo y la guerrilla penetraban lo más alto de la política; el campo fue abandonado, los cordones de miseria crecieron en las ciudades - lo que atina el gobierno a decir es: "la economía ha cambiado"
Lo anterior es una respuesta arrogante y equivocada. En Colombia hay alrededor de doce (12) millones de agricultores, los mismos que tienen que enfrentar la compra de insumos con unos precios elevados. Faltan políticas de estado, en las que el gobierno se comprometa a incentivar la industria agrícola, a educar a los campesinos para que sus cultivos no sean tan artesanales y latifundistas en los que pocos se benefician y la gran mayoría pierde.
La introducción de "cuanto TLC" se atraviese por el camino, ha empeorado el oscuro panorama de los agricultores. Lo anterior obedece a una competitividad desigual - mientras un campesino en Colombia saca adelante sus cultivos "con las uñas", en otros países el propio gobierno le facilita la consecución de la tecnología necesaria para dichos propósitos.
Lo que vemos hoy en día es nuestro mercado nacional inundado de productos provenientes del extranjero que nuestra bendecida tierra produce pero que por la negligencia y el cúmulo de políticas deficientes nuestros campesinos no pueden producir de una manera organizada.
Falta inteligencia para gobernar - Por ejemplo - en el Catatumbo los campesinos cambiaron sus cultivos de cebolla porque no era rentable (precio de carga al mercado: 50.000 pesos. Costo de producción: 110.000 pesos). Lo anterior fue una consecuencia de la entrada de cebolla peruana a la zona. El cambio del cultivo fue por la hoja de coca - ¿cuál fue la respuesta del gobierno? La fumigación de los cultivos sin ofrecer una salida al problema.
El artículo 65 de la constitución de Colombia dice:
Art. 65.- La producción de alimentos gozará de la especial protección del Estado. Para tal efecto, se otorgará prioridad al desarrollo integral de las actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras, forestales y agroindustriales, así como también a la construcción de obras de infraestructura física y adecuación de tierras. De igual manera, el Estado promoverá la investigación y la transferencia de tecnología para la producción de alimentos y materias primas de origen agropecuario, con el propósito de incrementar la productividad.
Ha sido tan descuidado el campo que es motivo de notas periodísticas sucesos como ver niños que se desplazan por medio de poleas, puentes, saltando las piedras del rio para poder acudir a los escasos y lejanos planteles educativos — lo cual es una hazaña para los televidentes y radio-escuchas. Hablar de educación universitaria para nuestra hermosa gente campesina es una utopía.
Los niños si se alcanzan a graduar de bachillerato, terminan trabajando en la tierra que ya ni les da para comer — Paradójico. Los reclutamientos de niños por parte de grupos al margen de ley son efectuados con mucha facilidad.
Lo anterior es una respuesta arrogante y equivocada. En Colombia hay alrededor de doce (12) millones de agricultores, los mismos que tienen que enfrentar la compra de insumos con unos precios elevados. Faltan políticas de estado, en las que el gobierno se comprometa a incentivar la industria agrícola, a educar a los campesinos para que sus cultivos no sean tan artesanales y latifundistas en los que pocos se benefician y la gran mayoría pierde.
La introducción de "cuanto TLC" se atraviese por el camino, ha empeorado el oscuro panorama de los agricultores. Lo anterior obedece a una competitividad desigual - mientras un campesino en Colombia saca adelante sus cultivos "con las uñas", en otros países el propio gobierno le facilita la consecución de la tecnología necesaria para dichos propósitos.
Lo que vemos hoy en día es nuestro mercado nacional inundado de productos provenientes del extranjero que nuestra bendecida tierra produce pero que por la negligencia y el cúmulo de políticas deficientes nuestros campesinos no pueden producir de una manera organizada.
Falta inteligencia para gobernar - Por ejemplo - en el Catatumbo los campesinos cambiaron sus cultivos de cebolla porque no era rentable (precio de carga al mercado: 50.000 pesos. Costo de producción: 110.000 pesos). Lo anterior fue una consecuencia de la entrada de cebolla peruana a la zona. El cambio del cultivo fue por la hoja de coca - ¿cuál fue la respuesta del gobierno? La fumigación de los cultivos sin ofrecer una salida al problema.
El artículo 65 de la constitución de Colombia dice:
Art. 65.- La producción de alimentos gozará de la especial protección del Estado. Para tal efecto, se otorgará prioridad al desarrollo integral de las actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras, forestales y agroindustriales, así como también a la construcción de obras de infraestructura física y adecuación de tierras. De igual manera, el Estado promoverá la investigación y la transferencia de tecnología para la producción de alimentos y materias primas de origen agropecuario, con el propósito de incrementar la productividad.
Ha sido tan descuidado el campo que es motivo de notas periodísticas sucesos como ver niños que se desplazan por medio de poleas, puentes, saltando las piedras del rio para poder acudir a los escasos y lejanos planteles educativos — lo cual es una hazaña para los televidentes y radio-escuchas. Hablar de educación universitaria para nuestra hermosa gente campesina es una utopía.
Los niños si se alcanzan a graduar de bachillerato, terminan trabajando en la tierra que ya ni les da para comer — Paradójico. Los reclutamientos de niños por parte de grupos al margen de ley son efectuados con mucha facilidad.
Los paros, las manifestaciones y demás expresiones populares son el producto del descuido y la desidia por parte de los gobiernos que no tienen otro discurso diferente al de la paz o la guerra.
Espectacular el Paisaje Cafetero, lástima que aquellos que se ampollan las manos con el fin de mantener el paradisiaco verde de tan colosal panorama sean tratados peor que aquellos que han derramado tanta sangre y que aquellos que están llamados a ser los padres de la patria pero se comportan como capataces indolentes.
Colombia - que lo único rojo que bañe tus paisajes sean las pepas de café y no la sangre de tus hijos.
Comentarios
Publicar un comentario