Muchos colombianos han emprendido un éxodo masivo hacia el exterior por diversos motivos, la mayoría de ellos, en busca de un mejor vivir, oportunidades y mejores salarios; muchos huyendo de la violencia producida por el narcotráfico, las guerrillas, las bandas criminales, etc. Cuando nos radicamos en el exterior pensamos que la violencia no nos perseguirá más. Sin embargo, nos encontramos con una estigmatización que nos oprime y nos acompaña a donde quiera que estemos. Ser colombiano en el exterior es saber que te van a requisar con mayor rigurosidad en los aeropuertos, que tus compañeros de empleo te harán chistes en los que se involucran la cocaína, excentricidades y mujeres voluptuosas que andan con mafiosos. ¡Pero qué más podemos esperar si a nuestros propios compatriotas les encanta producir series de televisión en las que le muestran al mundo que somos así, que somos sanguinarios, que nuestras mujeres son objetos sexuales de satisfacción para los mafiosos! Parece qu...