Para muchos compatriotas asistir al consulado más cercano implica un sacrificio enorme por las distancias, el permiso que deben pedir en el empleo y demás dificultades. En los Estados Unidos y especialmente en las grandes ciudades donde están ubicados los consulados se dan atropellos cuando el ciudadano asiste a poner la huella e incribir su cédula de ciudadanía y quedar aptos para votar. El problema más evidente es el trato inhumano de parte de funcionarios consulares. El trato mejora cuando la gente expresa que va a votar por el partido de gobierno; lo cual le agrada al funcionario pues quien lo "puso" ahí fue el poder ejecutivo - osea el gobierno de turno. Lo anterior le alegra porque siente que tendrá continuidad en el cargo. Lo que más le molesta a la gente es que el funcionario que le toma los datos le pregunta: "por quién va a votar?" Algunos ingenuos responden por quien (lo cual no es obligación - pues el voto es secreto) Lo que se desencaden...